El Nacionalismo TraumáticoNadie le cree a los políticos. ¿Porqué habríamos de creerle a los artistas? Si no fuera por la aparatosa maquinaria formada por museos, escuelas de arte y, sobre todo, un mercado que aparentemente no comparte los padecimientos de la crisis económica mundial, la existencia del artista habría perdido sentido. Hace mucho que el arte contemporáneo, en especial el producido en México, dejó de criticar la corrupción y estupidez que impera en la sociedad. Al menos de manera obvia. Al sumarse a lo que el economista Ernest Mandel popularizó como capitalismo tardío, el artista dejó de tomar partido. El México el arte es apoyado mediocremente por el Estado. A ese apoyo se suma el incipiente interés del mercado internacional. Sin embargo, es en este contexto que algunos artistas abordan, sin limitarse al contexto mexicano, los asuntos más espinosos de nuestra agenda política: si quieres saber a qué obra(s) me refiero, échale un ojo a mi ensayo sobre lo que denomino El Nacionalismo Traumático.
Aquí.***
07/12/09