El más impactante de los efectos de la mariguana no es la distorsión del tiempo, ni del espacio. Es el vacío que se revela en nuestra garganta. Un vacío que nos sostiene paralelo a la columna vertebral, y que nos obliga a enunciarnos en esa misma distorsión del espacio y del tiempo. La lección de la mariguana, por ende, es la siguiente: el vacío es lo que nos orilla a hablar.
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16/07/08