Sobre POVFANTASIES
Pero en la virtualidad el sexo no ha hecho más que enmascarase. El anonimato del sujeto es el meollo de toda la revolución cibernética -y lo que es peor, también la perpetuación de una higiene sexual del yo configurado en torno a miedos que, absorbidos de modo virtual, me protejen de las patologías más extravagantes. En el fondo se ha trastocado el dispositivo confesional de la medicina sexual moderna, desplazándola a una mastrubación culpabilizante -devenido de la soledad del alma ensimismada. El confesor se ha vuelto máquina, pero máquina a la que no hay que rendirle cuentas, sino hacerla complice del desenfreno que termina, doble moral cristiana, en dialéctica de individualismo culpabilizante.
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07/06/08