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Juan Carlos Reyna (Tijuana, 1980) es músico y escritor. Aunque despanzurra en numerosos periódicos y revistas, es en esta bitácora donde revela sus entrañas más agrestes, su intimidad acojonada.
Diario de viaje 1 o la rebeldía legitimadaEl movimiento Beat, a medio siglo de gestado, también ha sido requisado por un estilo de vida liberal que presumen ciudades como San Francisco o Nueva York. Vegetarianos estrafalarios, izquierdistas linajudos y académicos sediciosos son parte de la fauna que observo saliendo de la Universidad de California en Berkeley, a 20 minutos de la bahía y donde se conserva el archivo más completo de la generación “destruida por la locura.”
Pilates para personas de verdad, ostenta uno de los negocios sobre Avenida Telegraph, donde abundan los restaurantes de comida exótica entre comercios de ropa usada, discos independientes y parafernalia para fumar marihuana. Lo alternativo está bien in.
La contracultura estadounidense se permite lujos como éstos: anglosajones que leen Harper’s o el New Yorker, izquierdistas de gustos impecables que defienden –a distancia- el alzamiento zapatista y exigen la salida del ejército estadounidense de medio oriente. La comida, eso sí, es bastante buena. Las cantinas, memorables: Vesuvio, en San Francisco, reúne una concurrencia de turistas europeos y locales fashionistas: la contracultura nunca había sido así de hermosa, como lo comprueba la mayoría de mujeres que mojan sus labios rojos en vasos llenos de hielo y escocés.
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Pilates para personas de verdad, ostenta uno de los negocios sobre Avenida Telegraph, donde abundan los restaurantes de comida exótica entre comercios de ropa usada, discos independientes y parafernalia para fumar marihuana. Lo alternativo está bien in.
La contracultura estadounidense se permite lujos como éstos: anglosajones que leen Harper’s o el New Yorker, izquierdistas de gustos impecables que defienden –a distancia- el alzamiento zapatista y exigen la salida del ejército estadounidense de medio oriente. La comida, eso sí, es bastante buena. Las cantinas, memorables: Vesuvio, en San Francisco, reúne una concurrencia de turistas europeos y locales fashionistas: la contracultura nunca había sido así de hermosa, como lo comprueba la mayoría de mujeres que mojan sus labios rojos en vasos llenos de hielo y escocés.
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06/11/06
