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Juan Carlos Reyna (Tijuana, 1980) es músico y escritor. Aunque despanzurra en numerosos periódicos y revistas, es en esta bitácora donde revela sus entrañas más agrestes, su intimidad acojonada.
Sobre la revelación de la sangre y el vino
Trabajo con vino porque me relaja las articulaciones de los dedos. Eso le dije a mi hermana, cuando se sorprendió de que a la 10 am había abierto una botella de Tempranillo (Bodegas Solano) mientras daba los últimos retoques a la edición primera de Flor Caníbal. El vino es una delicia cuando el espíritu requiere paz y concentración, insistí. Pero a la mitad de la botella mi hermana me miraba con tristeza y decidí ir al estudio de Fritz, ubicado en el tercer piso de la casa que comparte con Roxana a unas cuadras de donde vivo. Al llegar, Fritz estaba ultimando con Renato los detalles de lo que será el logotipo de la editorial. Fritz, uno de los diseñadores más propositivos de México, ha encontrado en Renato la mancuerna perfecta para aterrizar la dirección ideada junto a Jorge Verdín, amigo piratón con el que comparto viajes nortecos y ocurrencias editoriales. En el pitorreo, los tres expusimos las conversaciones más inauditas que habíamos presenciado. Fritz, por mucho, nos ganó:
"Estaba en una fiesta, no me acuerdo de quien, era una fuesta fresona. Me encontré a un compa, que iba a su vez con un compa de él, no me aucerdo como se llama. Ese compa de mi compa estaba piratón, tenía los ojos rojos y la mandíbula trabada. MI compa dijo que había tenido un problema horas atrás. Había esperado a mi compa en un bar de la Revu cuando se le acercó un bato gay a invitarle in trago. El bato le dijo que si le aceptaba una cerveza. Pues sí, a huevo, porqué no. Pero a la cuarta cheve le dijo que si lo acompañaba afuera. Pues sí, hace falta aire por aquí. Y lo invitó a su casa. Su casa no estaba cerca, así que se condujeron por una banqueta hace la cuadra de enfrente. Pero en la cuadra de enfrente el compa de mi compa se pirateó. Se preguntó que qué carajos hacía ahí, si seguramente lo estarían buscando. Así que le dijo a su nuevo amigo gay que necesitaba ir al baño. Y se fue a una esquina. Ahí se meo. Pero el gay le tomó la polla y se la metió a la boca. Se tragaba los meados. El compa de mi compa se pirateó tanto que agarró una piedra y se la impactó en la cabeza. Así nomás, se lo chingó una, dos y tres veces en la jeta. Cuando contó esto en la fiesta, se soltó llorando. Luego e desabrochó la gabardina. Por debajo, llevaba los pantalones y la camiste llena de snagre."
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11/04/07
