Optimismo a tono con el día del niño
Contra la teoría de Freud acerca de la pulsión de muerte, Reich suponía (como Rosseau) que la persona nace sana y aspirando permanentemente a la satisfacción: Es el mundo el que lo enferma. Como Reich, creo que todos fuimos felices en algún momento de nuestra infancia. Detrás de cada hombrecillo decepcionado, rencoroso y neurótico (todos lo somos) hay un niño queriendo aflorar una sonrisa orgiástica. ¿La esperanza? Mandar al carajo las convencionalidades, por supuesto, y recuperar algo de ese cabroncito que sólo pensaba en tetas y juguetes.
28/04/06
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