: Empezar el año me hace pensar en los pretextos que creamos para poder hacer un borrón y cuenta nueva en nuestras vidas. La sensación de dejarlo todo atrás y recomenzar es el empujón perfecto para emprender proyectos ambiciosos, pero también para reconocer que el tiempo que nos creamos no es una línea "que podamos atar nudo a nudo", como escribió Saramago, sino algo que fragmenta nuestras vidas y nos multiplica. Cuántas veces he escuchado en estos días el cursilísimo "Este año voy a ser distinto". En mi caso, empiezo el año sin pareja, sin trabajo y sin tabaco, con una novela, con una revista y con un regreso a la escuela. No puedo decir si seré distinto (instinto, ¿insisto?), pero definitivamente no quiero, en absoluto, que el 2005 se parezca al año pasado.