: La navidad no me pone nostálgico, ni triste, como a la mayoría. A mí me pone místico. Llevadera con un cartón de cerveza Nochebuena, la navidad me hace pensar en lo bueno que sería creer en Dios y en lo desgraciado que es uno cuando no tiene en nada en qué creer. Pero al final, específicamente en la última cerveza, el cosmos adquiere la dimensión de la levadura, esa sustancia que infla y exagera las propiedades de todas las sustancias.