sencillito-senciliito, el taxista me dejó en medio del desierto. la rumorosa: 57 minutos lejos de la frontera. el taxista era un neurótico que no veía lo obvio: ir hasta mexicali supone que le pague con billete grande. no traía cambio. se enojó, nos peleamos. el ijoeputa se vengó tirandome en el desierto. se alejó mientras lo perseguía: corría y le pedía perdón. uno pide perdón para ser aceptado. uno quiere ser aceptado para no quedarse sólo en el desierto. o en la noche, como el párrafo final de sobre héroes y tumbas, en el que sábato mea pensando en las estrellas. mi carro, un jetta negro, gt, 4 cilindros y 5 velocidades, no tiene bomba de agua y por lo tanto, no aguanta el calor. no tengo idea mañana como llegaré al trabajo. dormiré en la rumorosa y contaré las estrellas.