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Juan Carlos Reyna (Tijuana, 1980) es músico y escritor. Aunque despanzurra en numerosos periódicos y revistas, es en esta bitácora donde revela sus entrañas más agrestes, su intimidad acojonada.
BALACERAS 7.0
pero puede ser cualquier canción. escucha: abre el pulso de tu oído. me dijiste q cualquier canción podía hacerte llorar y yo pensé en todas las que oíamos en tu depa. te acuerdas, vivías sola a un lado de la casa de tus tíos, pero caminábamos juntos por el centro de las cosas. escúchame. puede ser cualquier rolita, la que poníamos pa acariciarnos, o the one that said something about breathing. orita yo la escucho: al fondo de la melodía se esconden 2 latidos y una respiración. com'on, com'on, com'on: open up your heart beat, then escúchala otravez ¿recuerdas q es la q te hacer llorar por mucho? era la música de cuando extendíamos los brazos para alcanzarnos. era la música de una cama de franelas rojas que a un extremo tenía impreso un poema. y lloras porque ahorita tienes miedo q la canción acabe, q la síncopa concluya en su cadencia. lloras porq con la canción también se reduce este espacio olor a mota y repleto de fotografías. estamos sentados en el piso, sobre un tapete color marrón q huele a sexo. estamos ahí, sin decir nada. de repente la música deja de escucharse, a pesar de q el cidi sige dando vueltas en el tocadiscos.
pero puede ser cualquier canción. escucha: abre el pulso de tu oído. me dijiste q cualquier canción podía hacerte llorar y yo pensé en todas las que oíamos en tu depa. te acuerdas, vivías sola a un lado de la casa de tus tíos, pero caminábamos juntos por el centro de las cosas. escúchame. puede ser cualquier rolita, la que poníamos pa acariciarnos, o the one that said something about breathing. orita yo la escucho: al fondo de la melodía se esconden 2 latidos y una respiración. com'on, com'on, com'on: open up your heart beat, then escúchala otravez ¿recuerdas q es la q te hacer llorar por mucho? era la música de cuando extendíamos los brazos para alcanzarnos. era la música de una cama de franelas rojas que a un extremo tenía impreso un poema. y lloras porque ahorita tienes miedo q la canción acabe, q la síncopa concluya en su cadencia. lloras porq con la canción también se reduce este espacio olor a mota y repleto de fotografías. estamos sentados en el piso, sobre un tapete color marrón q huele a sexo. estamos ahí, sin decir nada. de repente la música deja de escucharse, a pesar de q el cidi sige dando vueltas en el tocadiscos.
