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Juan Carlos Reyna (Tijuana, 1980) es músico y escritor. Aunque despanzurra en numerosos periódicos y revistas, es en esta bitácora donde revela sus entrañas más agrestes, su intimidad acojonada.
BALACERAS 6.2
exploto con ella los días de la juventud. cuando nos vemos en su cantona, después de q ella sale con un compa suyo a ver una exposición. es sobre unas maquetas q como q enesñan lo q significa ser jóven y vivir en tijuana. en el centro de las maquetas se erige una residencia a escala que tiene una cúpula de cristal polarizado. es de noche y no pienso q llegar ella tan rápido sea cosa fácil. pero llega. la recibo con gritos y alegamos porq siento q me ha traicionado, en mi cabeza esta cogiendo con otro y las imágenes siguen, se reptien. y me da un putero de ganas de golpearla. pero la verda es q yo la amo, a pesar de q me esta recriminando muchas cosas. ya apesar también de esto le digo cállate. pero ella grita más y me empuja. ahí me golpea en la cara varais veces y me jala de los pelos. estoy en el suelo chingado, me he caído hatsa el suelo. ha corrido un hilillo de sangre de mi boca. nomás me he ido y llorado en mi cuarto todo esta madrugada. orita se q nunca son suficientes las palabras. y ahora menos lo serán.
exploto con ella los días de la juventud. cuando nos vemos en su cantona, después de q ella sale con un compa suyo a ver una exposición. es sobre unas maquetas q como q enesñan lo q significa ser jóven y vivir en tijuana. en el centro de las maquetas se erige una residencia a escala que tiene una cúpula de cristal polarizado. es de noche y no pienso q llegar ella tan rápido sea cosa fácil. pero llega. la recibo con gritos y alegamos porq siento q me ha traicionado, en mi cabeza esta cogiendo con otro y las imágenes siguen, se reptien. y me da un putero de ganas de golpearla. pero la verda es q yo la amo, a pesar de q me esta recriminando muchas cosas. ya apesar también de esto le digo cállate. pero ella grita más y me empuja. ahí me golpea en la cara varais veces y me jala de los pelos. estoy en el suelo chingado, me he caído hatsa el suelo. ha corrido un hilillo de sangre de mi boca. nomás me he ido y llorado en mi cuarto todo esta madrugada. orita se q nunca son suficientes las palabras. y ahora menos lo serán.
