Amigos. Javier, Bianca, Heriberto, Daniel, Pablo, qué se yo. Saber que estan ahí: puedo platicar. Con cada uno de ustedes sostengo una propia intimidad. Orita es de madrugada, digo: Uno los necesita, uno no valora mucho la amistad, pero Es lo que Es. Sus oídos, los abrazos, las risas, el poema de Lizalde, canciones de José José. La mirada a los ojos. Un Sanborns y un conversación interminable, un hotelucho en Mexicali, una cantina en Ciudad de México, terminar agotados del exceso en León ¿te acuerdas? Y el diálogo, la vida adquiere sentido en ese momento, dos personas hablando sobre la vida y la muerte en un rincón alejado del resto del mundo, toda la historia de la civilización recae en ese momento. Pero, estamos solos todos en la madrugada. Reconocimiento de nuestra orfandad y fragilidad.