El insatisfecho I
Me pongo triste cada que fumo cigarrillos. Mi grado de tristeza depende del color de la nicotina. Entre más ligero y claro el cigarrillo, más fuerte me pega. Alguien dijo que estos eran el placer perfecto: exquisitos y a la vez dejan siempre insatisfecho. Debido a mi naturaleza obsesivo-compulsiva, esta insatisfacción me lleva siempre a la melancolía -es decir, a la conciencia de que ya no basta una, diez, veinte bocanadas.