Hace falta un alto grado de imbecilidad cultural para que una civilizacón tenga que recurrir a las palabras para expresarse. ¿No les ha pasado que de repente se sueltan hablando, escribiendo y metiendo las patas en la imprudencia? Yo, por ejemplo, a cada rato abro la boca para decir estupideces. La palabras, de entrada son mentiras, eso es seguro. Por eso hace falta saber callar.