Juan Reyna, autor de este espacio de simulaciones, quiere contarles un cuento antes de dormir:
"el detective jovencito observa un enorme crucigrama que el intérprete lleva consigo; en la séptima de las líneas que se cruzan por el centro, se descifra, al parecer, el más complejo de sus acertijos, pero nuestro personaje no halla concordancia en la respuesta;
sabe que compartir los talentos de la inteligencia no es fácil; así, recuerda el sueño que tuvo acerca de su hermano hace varias noches: ambos eran niños y se nacían protuberancias en la lengua a tiempo que rebotaban sobre la corteza de un cerebro inmenso;"
El derecho de nacer