a continuación
Juan Reyna les contará un cuento antes de su siesta,
"Chinos: el resentimiento por tener los ojos rasgados está por todas partes, en los cocineros, un gordito: yo lo ví cuando fui a comer: supe que sólo cocinaba a su papá, Juantio Lau, alias 'El embajador de la alegría'; el viejo, ojitos ruiseñores, puerquita cantonés: un día, sin querer, se atragantó cuando su hijo le metió un espejo entre sus nalgas"